lunes, noviembre 01, 2010
La ciencia de la ficción.
Tengo en mis manos el lujoso número de otoño de la revista francesa Fiction.
Donde aparecen estos retratos.
El editor me dio vía libre y se me ocurrió esto. Como una galería de retratos familiares de la ciencia ficción. No personajes. Temas más bien.
Primero las máquinas maravillosas, la revolución industrial, los hombres de hojalata, la historias rusas de robots. El misterio de las máquinas milagrosas y terribles al comienzo.
Después los extraterrestres. Los que vienen y los que vamos a buscar. Los que nos encontramos de casualidad. Los que invaden, los que se disfrazan, los que traen regalos, los que paralizan la tierra. El misterio de la naturaleza y, sobretodo, la comunicación con el otro, cuando el otro tiene piel verde.
Finalmente, el hombre. Como hombre y como monstruo. Sturgeon y Ballard, gracias. Mi misterio favorito.
Hechos estos dibujos desordenados en el tiempo. Perdidos en mis cuadernos. Me gusta verlos ahora en la revista y aquí. En el retrato del humano un guiño y toda mi admiración a Moebius.
Vivan por siempre y prosperen.
Abrazos,
FER
lunes, septiembre 27, 2010
Vayan, vengan, vayan!
viernes, septiembre 10, 2010
Un osario rosa
De niño jugaba, sobretodo las siestas de verano los domingos, al juego del último hombre (niño en mi caso) vivo sobre la tierra. Al hombre omega jugaba, o a ese capítulo de la dimensión desconocida en el que Charles Bronson es el último hombre vivo, ese era más interesante porque había también una mujer, y que hechizaba, porque era Elizabeth Montgomery, que movía la nariz todas las tardes por esa época de repeticiones de series de los años 50 y 60. El juego era simple: todos estaban muertos.
En este número de la revista Barcelona vuelvo a jugar a lo mismo, y sigue siendo tan divertido como antes.
Y hay conejitos, ¡claro!
Abrazo!
FER
PD: Estos son algunos de los dibujos, el resto en la revista, tinta sobre papel en un quiosco. Mientras se pueda aprovechemos.
sábado, agosto 07, 2010
¡Epifanía heroica en Ñ!
Este sábado en Ñ,
la revista de y sobre cultura del diario Clarín,
sale una historieta mía.
Gracias:
A Diego Marinelli de Ñ, por la invitación, el entusiasmo y el dejarme hacer.
A K por sacarme la foto.
Y a Q y J, por las charlas sobre esta pasión que son las historietas de superhéroes, no solo ni tanto por los personajes, por los artistas que les dieron vida.
Por eso y en orden, un abrazo grande a:
Gardner Fox y Howard Sherman, Stan Lee y Jack Kirby, Jerry Siegel y Joe Shuster y Curt Swan y Julius Schwartz, Bill Everett y Marie Severin, Paul Norris y Mort Weisinger y Nick Cardy, Steve Ditko, Oswal, John Broome y Carmine Infantino, Jack Cole, John Romita y Ross Andru y Roy Thomas, Steve Englehart y Gene Colan y Frank Brunner, Ramona Fradon, Alan Moore, Len wein y Herb Trimpe y Sal Buscema y Ernie Chan, Gil Kane.
No son todos los que están, pero todos los que están son.
Cada cual elige su balsa en determinado momento de su vida.
Está bueno ver que cuando ya no necesitamos de esa balsa para evitar ahogarnos, podemos seguir usándola, esta vez para hacer maravillosos viajes.
Un abrazo,
FER
lunes, julio 12, 2010
Adivina quién viene a cenar? (La última cena)
Con el capítulo de este sábado,
en la revista FIERRO,
concluye Altavista.
Dejo titilar el cursor un rato,
la verdad no sé muy bien qué decir,
que escribir sobre esto.
Hago, a partir de ahora hice, esta historieta
desde el 2007, es mucho tiempo, al menos
para mí.
Pasaron muchas cosas en ese tiempo.
Suelo poner una lista de agradecimientos cuando
termino un proyecto. Esta vez no hay larga lista.
Ellos saben quienes son: ¡Gracias!
(Por el apoyo, las críticas constructivas y destructivas,
por la confianza, el amor, el desamor, el odio, el desinterés,
el interés, por hacerme padecer y padecerme, por los consejos
pedidos y no pedidos, la compañía, etc.)
A la gente de Fierro (no pretende ser un juego de palabras)
que confió en que había un plan, y que al final casi todo iba a encajar.
Y sobretodo a los lectores y lectoras que hicieron el viaje conmigo.
Y al marinero de cara en sombras que dice llamarse Barragán,
un abrazo fuerte.
Te voy a extrañar.
Paz,
amor,
libertad e igualdad.
Buenas noches,
FER
viernes, mayo 28, 2010
viernes, abril 02, 2010
Respeto por la muerte.
Ya es bastante fatigoso ver que el mito del elegido (en clave cristiana) sigue siendo el centro de mucha de la fantasía y ciencia-ficción que se produce, encima vemos una falta de respeto por la muerte apabullante.
Hoy en concreto me refiero a J.K.Rowling y su Harry Potter.
Al punto entonces.
En un mail teñido por la más roja de las indignaciones, la sensible señorita J me lista la cantidad de muertes en las novelas del niño mago Potter.
Cito (lo más sustancial):
‘Ayer me enteré de algo terrible: J.K. Rowling no solo mató al pobre Cedric (hay que tener estómago para matar a un pibe), a Sirius Black (después de una vida espantosa, el pobre se muere sin un minuto de felicidad!!), y a Dumbledore (que es lo de menos por que es un viejo y tuvo una buena vida), también mata a Lupin y a uno de los gemelos Weasley!!! ¿¿¿Podés creer la crueldad de esta mina???!!! Se debe creer que los personajes son como cartoncitos con los que uno puede hacer lo que quiera! No tiene ningún respeto por sus personajes, y no tiene reparos en torturarlos para lograr un poquito de impacto dramático. Realmente piensa que esa historia que está contando vale tanto como para masacrar todos esos personajes y hacerle pasar un momento de mierda a sus lectores (chicos)?? No aprendió nada de Tolkien?’
En el libro que registra su conversación con Francois Truffaut, Alfred Hitchcok dice que ‘es imperdonable matar a un chico.’ En una obra de ficción. Frase un poco extrema, pero que demuestra que con algunas cosas hay que ser al menos cuidadoso.
Stephen King en uno de sus ensayos sobre el arte de la escritura, On Writing, dice que hay que ser muy cauto cuando se mata a un personaje.
Esto no significa, claro está, que uno no pueda matar personajes, el tema es como y para qué. (Excluyo obviamente los tonos farsescos y las alegorías.)
Lo molesto es estar ante la construcción de carne de cañón. Un chico que es lindo, querido y admirado por todos, conoce a una chica, se hace amigo de Harry y hasta lo ayuda en medio de una competencia que los enfrenta porque es muy honorable y ¡PUM! lo matan. El tío de Harry tras estar toda su vida en una cárcel donde se tortura a la gente por un crimen que no cometió es asesinado, momentos después de revelarse como bueno y decirle a su sobrino que ya no está solo en el mundo, que lo tiene a él como familia. Eso, los personajes no mueren por cosas que pasan en la historia (como en Sebastopol, La insignia roja del valor, o Crisis en tierras infinitas, y vaya que muere gente ahí.) Son creados para morir. Ni siquiera para que avance la historia, que podría avanzar igual, sino para lograr eso, impacto dramático.
Desde lo más excelso de la literatura fantástica y de aventuras (Tolkien, Moorcock, Herbert, Leiber) a lo más pulpero y masivo (Ann Rice, Edgar Rice Burroughs) hay muertes, sí, pero con sentido, con cuidado y respeto (al menos más cuidado y respeto que el que demuestra la señora Rowling.)
Leí los primeros cinco libros de Harry Potter y me parecieron bastante buenos. (Aunque el tema de esas muertes, que comienzan en el tres y van en escalada me inquietaba.Y me entusiasmó la posibilidad de dibujarlo para un libro sobre Harry Potter que se editó en Francia. Pese a que el mito y la idea del elegido (salvo que sea algo brillante como Duna) no suele interesarme y hasta me molesta un poco. Me gustaban los personajes y el clima de los libros, (Además de que me resultaron un soplo de aire, no sé si fresco, pero aire en sí, entre tanta literatura basura escrita en un fin de semana que se destina al público infantil y juvenil.)
Tolkien se enojó muchísimo con C.S. Lewis cuando éste definió a los cuentos de hadas como ‘bellas mentiras.’ Porque NO son mentiras.
Cuando Grant Morrison escribía Invisibles hizo sufrir un accidente a uno de sus personajes, y el mismo Morrison sintió dolores en su propio cuerpo (anécdota extrema que molestará a los más pragmáticos, ya sé).
Es cierto que, como dice Moebius, ‘es inaceptable decirle a un artista lo que tiene que hacer’. Cada uno hace lo que quiere y puede. Es libre de hacer lo que le plazca; como libre es uno de criticarlos.
Igual solo quiero decir una cosa.
Cuidemos a nuestros personajes. Son una parte nuestra. Y son eso, los seres que habitan nuestras ficciones, nada menos.
No son piezas de una maquinaria.
Al menos no para un escritor honesto y comprometido con su obra.
Si queremos lograr impacto, horror, o angustia en el lector, trabajemos para construir eso. Claro que es más difícil que matar a diestro y siniestro.
Abrazo.
FER calvi.
martes, enero 12, 2010
De noche todos los gatos somos pardos.
Los asaltantes me gritan 'gato'.
Adjetivo y sustantivo a la vez.
Después, del asalto, el susto, el recuento de pérdidas, después de todo eso se vuelve a la vida y al trabajo.
Que en algunos casos, como el mío, son como lo mismo.
Pardo: 1. adj. Del color de la tierra, o de la piel del oso común, intermedio entre blanco y negro, con tinte rojo amarillento, y más oscuro que el gris.
Así uso el término pardo, y solo así.
Angélica Gorodischer cita a Muriel Spark, que dice:
'When people say that nothing happens in their lives I believe them.
But you must understand that everything happens to an artist;
time is always redeemed and wonders never cease.'
Va mi torpe traducción:
'Cuando la gente dice que en sus vidas no pasa nada yo les creo.
Pero vos tenés que entender que a un artista le pasa de todo;
el tiempo es siempre redimido y las maravillas nunca cesan.'
Un abrazo enorme al Bebe Ciupiak,
que nos dibuja, hiperrealistas, desde dondequieraqueesté.
Y otro a la melodiosa señorita M, que me pidió este dibujo.
Paz y amor,
FER calvi.
PD: el cascarrabias señor P le dedicó un bello post al Bebe Ciupiak en su blog 'El oficio del plumín', aquí el link: http://eloficiodelplumin.blogspot.com/2010/01/el-bebe-ciupiak.html